jueves, 14 de marzo de 2019


Breve reseña histórica sobre el trabajo colectivo de la pintada de las 121 Siluetas de los compañeros Detenidos-Desaparecidos de Parque Patricios
 

Corría marzo del 2002, y al calor de los acontecimientos ocurridos durante el 19 y 20 de diciembre del 2001, la rebelión popular que también fué llamada Argentinazo y que produjo una nueva experiencia política catalogada como Asambleas; quienes integrábamos la Asamblea Popular de Parque Patricios; nos dimos a la tarea de imaginar una actividad donde participaran todos los vecinos y sectores políticos, y que dejara plasmado en el barrio, el reconocimiento a las compañeras y compañeros detenidos desaparecidos por el Terrorismo de Estado.

Luego de varias ideas y deliberaciónes, se decidió implementar el trabajo que distintos Organismos de DDHH llevaron a cabo desde los tiempos de la Dictadura cívico militar transcurrida entre los años ´76 al 78.

Fué así, como en la noche del 23 de marzo del 2002, unas 100 personas aproximadamente, todos integrantes de la Asamblea Popular, nos reunímos en el centro del Parque Patricios, y nos dispusimos a pintar unas 100 siluetas alrededor de lo que había sido la fuente.

Tarea ardua, donde además participaron integrantes de las Murgas del barrio, y vecinos.

Luego de disuelta la Asamblea Popular en diciembre del 2002, en marzo de 2003 se vuelve a realizar la misma acción en el centro del parque, entre vecinos y militantes que se autoconvocan.

El 20 de diciembre del año 2003, Espacio Asambleario de Parque Patricios, luego de varios meses de encuentros, hace su presentación y debut en el barrio, con un festival en la Plazoleta de la Memoria Pastor, José De Luca. Ya desde marzo del 2004, comienza a convocar año a año a compañeros y vecinos para pintar las 121 siluetas que interrogan a aquellos desprevenidos que aún hoy desconocen una de las etapas más terribles de nuestra historia.

Algunas veces lo hicimos casi en soledad, apenas unos 10 o 20 compañeros, pero la mayoría de los años se hicieron presentes solidaria, comprometida y respetuosamente, vecinas, vecinos, Organizaciónes Políticas y Sociales, contribuyendo con pintura y pinceles, pero sobre todo con su presencia, para mantener viva la lucha de las y los 121.

Durante el período de Mauricio Macri como Jefe de Gobierno de la Ciudad, en una oportunidad borraron las 121 siluetas con hidrolavadoras; nuevamente volvimos a pintarlas; un par de años después, con la excusa de remodelar la plazoleta, quisieron levantar directamente las baldosas; pero nuevamente la presencia y lucha de las y los vecinos hizo que esto no pudiera realizarse.

Intentaron también robarse las placas que nombraban a la plazoleta de la Memoria, como Pastor, José De Luca, y otra que recordaba a los 121 compañeros, pero nuevamente la intervención de un integrante de Espacio pudo recuperarlas. Luego hubo “accidentes” que las doblaron y despintaron, pero siempre fueron reparadas por nuestros compañeros.

Este año, en los primeros días de enero de 2019, nuevamente vino el ataque contra las placas; y esta vez con la argucia de retirar el farol donde estas se habían colocado para repararlo, se las llevaron. Se hicieron presentaciónes ante el CGP, pero niegan que esa camioneta de Espacio Verde, y esos trabajadores con uniforme de la Ciudad hayan realizado algún trabajo allí, aunque varios vecinos dieran cuenta de ello.

Si los responsables no hacen aparecer las placas, nuevamente las pintaremos y colocaremos; la Memoria de las y los compañeros no va a ser pisoteada por estos bastardos; y si borran cien veces las siluetas, las pintaremos 101 veces; ¡nuestro amor es mas fuerte que su odio!

Es de esperar, que las nuevas generaciónes con conciencia política y compromiso, continúen a lo largo del tiempo, con esta acción de actualizar la Memoria, ya que es el único reaseguro para que nuestros hijos y nietos vivan en un país libre.

Un pequeño apartado para hacer un reconocimiento a don Julio Morresi, él es quién da a conocer la cifra de 121, en una entrevista, calculada a travéz de las denuncias hechas en la Conadep, en Organizaciónes de DDHH, e investigaciónes varias.

Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes y mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores: la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia parece así una propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas”.
Rodolfo Walsh